Heriotza Peruko oihanean


Duela 14 urte gure lagun min bat , Iñigo Maneiro; Perura bizitzera joan zen. Iñaki Puga eta biok urte berean Peruko Alto Marañoneko oihanera joan gien bisitatzera. Iñigo beti oso konprometitua izan da eta hara iritsi orduko, bertako herri indigenen aldeko lanean hasi zen. Hemendik Iñakik eta biok hiru egitasmo egiten lagundu genion eta geroztik oso harreman berezia izan dugu Peruko Aguaruna eta Huanbisa herriekin. Aguaruna eta Huambisak jibaro taldearen bi herri dira. 35.000 lagun gutxi gorabehera eta aintzin-aitzinetik  Amazoaniako eskualde horretan bizi dira.

Aguarunek eta Huanbisek Incari aurre egin zioten, Espainiar Inperioari aurre egin zioten eta gu hor ginelarik, oposizio zorrotza egin zioten Fujimori diktadoreari. Euren kemenari esker herri gisa , herri indigena gisa bizi ahal izan dute.

Une honetan Felipe Gonzalez jaunaren laguna den Alan Garcia presidenteak bere lurrak kendu nahi dizkie. Transnazionalen mesedean, Peruko Amazoniako herri indigenak desjabetu nahi ditu. Peruko indegenak oldartu egin dira eta Estatu–Nazioaren izenean Alan Garciak bortizki euren eskubideak zapaldu nahi dizkie.

Perun egon ginenean Aguaruna herriaren buruzagi zoragarri bat ezagutu genuen: Santiago Maniun. Santiago Euskal Herrian egon da eta azkeneko hamarkada honetan hemengo zenbait elkarterekin harreman estua izan du. Santiago Aguaruna eta Huambisien gidari nagusienetarikoa da, ezaugarri pertsonal ugari dituen pertsona maitagarria eta bere herriarentzat oso kide baliotsua

Alan Garciak bere erasoa hasi zuenean, bagenekien gure lagun hauek arriskuan egongo zirela eta zoritxarrez horrela izan da, Santiago larriki zaurituta baitago: bederatzi bala sartu dizkiote eta bere bizia kolokan dago.

Atxikiturik, Iñigo Maneiroren gutuna bidaltzen dizuegu ahal duzuen leku guztietara bidal dezazuen.

Eskerrik asko

Santiago Manuin buruzagi aguaruna

Santiago Manuin buruzagi aguaruna

Muerte en la selva

Se me hace extraño comenzar este texto hablando de muerte cuando la Amazonía es el lugar más vivo que he conocido. Pero hoy es un día triste marcado por la muerte de nativos y policías en las revueltas indígenas que llevan casi 2 meses.

Hoy amanecí con las llamadas de amigos diciéndome que Santiago Manuin, el mayor dirigente indígena del Alto Marañón y amigo íntimo desde que llegué hace 15 años, había muerto por las balas de la policía, ahora sé que se debate entre la vida y la muerte.

Sabía que algún día eso podía ocurrir en alguien entregado a su pueblo en la defensa del territorio, en el combate contra los grupos terroristas y el narcotráfico y en la oposición al ingreso de petroleras y mineras en su tierra, no porque esté en contra del desarrollo, sino porque cree que éste va por el camino del respeto a la tierra y la naturaleza y a la participación real de los milenarios habitantes de las selvas. Aunque lo sabía uno nunca se acostumbra a la muerte.

El Alto Marañón es el territorio comprendido por los ríos Chiriaco, Cenepa, Marañón, Nieva y Santiago y en sus 30 mil km2 viven los pueblos Aguaruna y Huambisa, pertenecientes a la familia Jíbara. Pueblos guerreros, horizontales y organizados que han sabido mantener lo fundamental de su cultura.

Santiago fue el primer aguaruna que conocí y con el que más viví y aprendí en mis 7 años de vida en el Alto Marañón. Con él viajamos por todos los ríos, vivimos en sus comunidades, conocí sus mitos y hasta estuvimos en España buscando dinero para los proyectos que desarrollábamos en la selva. En España se reunió con la reina Sofía que salió ‘impresionada por la categoría humana de este hombre’ y en España también hizo un diploma en derechos humanos en una universidad de los jesuitas.

La muerte duele pero más duele el engaño y la mentira. En la prensa leo que detrás de estas revueltas indígenas está Humala, el narcotráfico y el complot internacional. Y todo eso es falso. Da igual quién esté en el Gobierno porque los nativos se van a seguir levantando si ven sus tierras en riesgo. Y fueron Santiago y las organizaciones nativas de los ríos, soy testigo de ello, quienes sacaron al MRTA del Alto Marañón y quienes limpiaron de cultivos de coca y amapola todas las comunidades, porque creen en otro tipo de desarrollo y porque no querían que se repitiese la terrible experiencia de los Asháninkas con Sendero. Y el Gobierno no hizo nada. A pesar de ser una zona permanentemente olvidada por el Estado, pocas veces he visto tanto orgullo por ser peruanos

Por eso también, el Gobierno no es valiente ni tiene visión de su país porque no es capaz de darse cuenta que la gran riqueza del Perú es su diversidad: diversidad de climas, naturalezas, lenguas, pueblos e historias. Y en un país tan diverso como éste hacen falta estrategias diferentes para negociar, para entender los problemas de sierra, costa y selva y buscar soluciones entre todos a los mismos.

La Amazonía siempre ha sido el patio trasero de los gobiernos del Perú. Los peores índices en salud y educación se encuentran en la selva, pero me sorprendía siempre el estilo de los jíbaros que con un orgullo enormemente humano decían, ‘nosotros no pertenecemos a la extrema pobreza porque tenemos nuestra selva’. Los nativos saben que sólo se piensa en ellos cuando se trata de recursos de interés para otros: petróleo, maderas, gas o minerales. Y que todas las leyes y decretos emanados por un Congreso mediocre y de visión centralista jamás han considerado una participación real de los pobladores de la selva.

Me quedo con la vida que llena la selva y su gente. Me quedo con Santiago que siempre me decía ‘Kumu, nosotros hemos resistido al inca y al español y vamos a resistir lo que sea, porque esta tierra es nuestra’. No por exclusividad al otro sino por compromiso real con el Perú.

Iñigo Maneiro Labayen

CE 279245